La supresión del consumo de alcohol puede reducir los episodios de fibrilación auricular

Un estudio revela que la reducción del consumo de alcohol mejora los problemas de fibrilación auricular.

Eliminar el consumo de alcohol reduce de forma drástica el número de episodios de trastornos del ritmo cardiaco potencialmente mortales entre los bebedores moderados y aquellos que lo hacen en exceso. Así lo ha manifestado un reciente estudio cuyos resultados han sido publicados en The New England Journal of Medicine.

El estudio se ha elaborado en Australia. Para su desarrollo se ha contado con una muestra de 140 voluntarios con problemas de fibrilación auricular durante un periodo de seis meses. El primer resultado que arrojan sus conclusiones es que la fibrilación auricular (FA) reapareció en el 73% de los participantes que consumieron 13 o más bebidas alcohólicas a la semana.

El porcentaje desciende hasta el 53% entre aquellos que pertenecían al grupo de abstinencia. Sobre este grupo cabe señalar que no reportaron un consumo de alcohol cero sino que su promedio se situó en dos consumiciones semanales.

“Lo que muestra el estudio es el potencial impacto de la reducción del consumo de alcohol o la abstinencia en personas con problemas sintomáticos relacionados con el ritmo cardiaco”, explica el doctor Peter Kistler del Hospital Alfred en Melbourne (Australia), y coautor del estudio.

El doctor recomienda a aquellas personas que tengan problemas relacionados con fibrilación auricular que reduzcan el alcohol a 10 consumiciones semanales o menos, siempre apostando por una tendencia hacia la abstinencia.

“El alcohol es un factor de riesgo real porque si dejamos de consumirlo experimentamos una reducción significativa tanto en la carga como en la recurrencia de la fibrilación auricular”.

La fibrilación auricular se produce cuando las cámaras superiores del corazón laten de forma irregular. Se trata del problema más frecuente relacionado con el ritmo cardiaco y una de las principales causas de los accidentes cerebrovascularres. En algunas personas se presenta de forma inconstante y entre sus síntomas destacan un incremento de la debilidad, problemas al respirar y palpitaciones.

“El alcohol es un factor de riesgo real porque si dejamos de consumirlo experimentamos una reducción significativa tanto en la carga como en la recurrencia de la fibrilación auricular”

La investigación revela que una consumición de alcohol media incrementa el riesgo de fibrilación auricular un 8%. Se ha descubierto que, en el grupo de pacientes que no consumían alcohol, la FA tardó 120 días en reaparecer frente a los 87 días reportados de media por el grupo que no recibió restricción en su consumo de alcohol.

Al finalizar el estudio los corazones de los que no redujeron su consumo de alcohol pasaron el 1,2% de estos seis meses con FA frente al 0,5% del grupo con abstinencia.

Dos tercios de los voluntarios estaban tomando medicamentos contra problemas de arritmias. El grupo al que se permitió consumir bebidas alcohólicas redujo su consumo de todos modos. En el caso de los que se encontraban en abstinencia, el 61% eliminó el alcohol por completo durante el periodo de estudio. Una cuarta parte mantuvo su consumo en dos bebidas alcohólicas semanales.

Los médicos intentan tratarla controlando la presión arterial y otros factores externos como el consumo del alcohol en el caso de este estudio. “La realidad aleccionadora de estos resultados es que, para muchas personas con fibrilación auricular, la abstinencia total de alcohol es un objetivo difícil de alcanzar”.

Hecho que ha quedado patente con el periodo de estudio. Originalmente el objetivo era analizar a los pacientes durante 12 meses. Pero los responsables no encontraron voluntarios que estuviesen dispuestos a someterse a una abstinencia total de alcohol durante un año.

“Aquellos que se abstuvieron por completo tuvieron un beneficio mayor en la reducción de los problemas de fibrilación auricular en comparación con los que solo redujeron su consumo pero continuaron bebiendo”, resume el doctor.

Este concluye señalando que muchos médicos aconsejan a los pacientes tomar una bebida alcohólica al día (una copa de vino, por ejemplo). Una recomendación que no debería aplicarse a los pacientes con fibrilación auricular.

 

Fuente: ConSalud

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