¿Afectan el calor o el frío la propagación de la COVID-19?

Al comienzo de la pandemia de COVID-19, había grandes esperanzas de que las calurosas temperaturas del verano pudieran reducir su propagación. Aunque el verano no trajo un alivio generalizado, la conexión entre el clima y la COVID-19 sigue siendo un tema candente. El clima influye en el entorno en el que el SARS-CoV-2 debe sobrevivir antes de infectar a un nuevo huésped. Pero también influye en el comportamiento humano, que mueve el virus de un huésped a otro.

Una investigación reciente aportó algo de claridad al papel del clima en la infección de COVID-19, que indica que la temperatura y la humedad no juegan un papel significativo en la propagación del SARS-CoV-2. Eso significa que, tanto si hace frío como calor fuera, la transmisión de la COVID-19 de una persona a otra depende casi totalmente del comportamiento humano.

El efecto del clima no es trascendente, y otras características como la movilidad tienen más impacto que el clima. En términos de importancia relativa, el clima sería uno de los últimos parámetros.
El estudio definió el clima como “la temperatura equivalente del aire”, que combina la temperatura y la humedad en un solo valor. Se analizó cómo este valor rastreado con el SARS-CoV-2 se propagó en diferentes áreas de marzo a julio, con una escala que va desde los estados y condados de Estados Unidos a los países, regiones y el mundo en general.

A escala de condado y de estado, también se investigó la relación entre la infección por SARS-CoV-2 y el comportamiento humano, utilizando datos de teléfonos celulares para estudiar los hábitos de viaje. Se examinó el comportamiento humano en un sentido general y no se intentó conectarlo con la forma en que el clima puede haber influido en él. En cada escala, se ajustaron los análisis para que las diferencias de población no sesgaran los resultados.

A través de las escalas, se encontró que el clima casi no tenía influencia. Cuando se lo comparó con otros factores, utilizando una métrica estadística que desglosa la contribución relativa de cada factor a un resultado en particular, la importancia relativa del clima a escala de condado fue inferior a 3%, sin indicación de que un tipo específico de clima promovido se extendiera sobre otro.

En contraste, los datos mostraron la clara influencia del comportamiento humano y la enorme influencia de los comportamientos individuales. Hacer viajes y pasar tiempo fuera de casa fueron los dos principales factores que contribuyeron al crecimiento de la COVID-19, con una importancia relativa de alrededor de 34 y 26%, respectivamente. Los siguientes dos factores importantes fueron la población y la densidad urbana, con una importancia relativa de alrededor de 23 y 13%, respectivamente.

 

Fuente: REC

 

Foto: Victor He on Unsplash

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