El devastador impacto de la COVID-19 en los programas de VIH, tuberculosis y malaria del Fondo Mundial
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto devastador en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria en 2020, según un nuevo informe publicado el 8 de septiembre por el Fondo Mundial. El Informe de Resultados muestra que, si bien se lograron algunos avances, los resultados programáticos clave han disminuido por primera vez en la historia del Fondo Mundial.
“Con motivo de nuestro 20° aniversario, esperábamos que el Informe de Resultados de este año se enfocaría en las extraordinarias historias de valor y la resiliencia que hicieron posible el progreso que hemos logrado contra el VIH, la tuberculosis y la malaria en las últimas dos décadas”, dijo Peter Sands, Director Ejecutivo del Fondo Mundial. “Pero los números de 2020 obligan a un enfoque diferente. Confirman lo que temíamos que sucedería cuando surgió la COVID-19”.
El Informe de Resultados revela el impacto catastrófico que tuvo la pandemia de COVID-19 en la lucha contra la tuberculosis en todo el mundo. En 2020, la cantidad de personas tratadas por tuberculosis resistente a los medicamentos en los países donde invierte el Fondo Mundialse redujo en un asombroso 19%, y las que estaban en tratamiento para la tuberculosis extremadamente resistente a los medicamentos registraron una caída aún mayor de 37%. El número de pacientes con tuberculosis VIH-positivos que reciben tratamiento antirretroviral y tratamiento antituberculoso se redujo en 16%.
El informe también destaca disminuciones significativas en los servicios de prevención y pruebas de VIH para poblaciones clave y vulnerables, que ya se veían afectadas de manera desproporcionada. En comparación con 2019, las personas a las que se llegó con programas yservicios de prevención del VIH disminuyeron en 11%, mientras que los jóvenes a los que se llegó con servicios de prevención disminuyeron en 12%. El número de madres que reciben medicamentos para prevenir la transmisión del VIH a sus bebés se redujo en 4,5%. Las pruebas del VIH se redujeron en 22%, lo que retrasó el inicio del tratamiento contra el VIH en la
mayoría de los países.
Las intervenciones para combatir la malaria parecen haber sido menos afectadas por la COVID-19 que las otras dos enfermedades. Gracias a las medidas de adaptación y la diligencia e innovación de los agentes comunitarios de salud, las actividades de prevención se mantuvieron estables o aumentaron en comparación con 2019. El número de mosquiteros distribuidos aumentó 17%, las estructuras cubiertas con fumigación residual interior aumentaron 3%. En 2020, 11,5 millones de mujeres embarazadas recibieron terapia preventiva. Sin embargo, los casos sospechosos de malaria analizados cayeron 4,3% y el progreso contra la enfermedad se estancó.
La respuesta rápida y decidida a la COVID-19 del Fondo Mundial evitó un resultado aún peor.
En 2020, el Fondo Mundial desembolsó 4.200 millones de dólares para continuar la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria y fortalecer los sistemas de salud, y aprobó una financiación adicional de 980 millones de dólares para responder a la COVID-19. En agosto de 2021, el Fondo Mundial aprobó un total de 3.300 millones de dólares a más de 100 países para adaptar los programas de lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria que salvan vidas, proporcionar pruebas críticas, tratamientos y suministros médicos, proteger a los trabajadores de la salud de primera línea y reforzar con urgencia los frágiles sistemas de salud. Estas inversiones, junto con la acción rápida y el financiamiento de donantes, gobiernos, comunidades y socios de salud, ayudaron a mitigar el impacto de la COVID-19 en el VIH, la tuberculosis y la malaria y alcanzar el progreso logrado en la lucha contra las tres enfermedades.
Los resultados clave para 2020 en los países donde invierte el Fondo Mundial incluyen:
- 21,9 millones de personas recibieron terapia antirretroviral para el VIH que les salvó la vida en 2020, un aumento de 8,8% en comparación con 2019, a pesar de la COVID-19;
- 8,7 millones de personas beneficiadas con servicios de prevención del VIH en 2020;
- 4,7 millones de personas tratadas por tuberculosis en 2020;
- 194.000 niños en contacto con pacientes expuestos a la tuberculosis recibieron terapiapreventiva en 2020;
- 188 millones de mosquiteros distribuidos para proteger a las familias de la malaria, un aumento de 17% en comparación con 2019 a pesar de la COVID-19.
“El Fondo Mundial siguen salvando vidas”, comentó Sands. “Frente a los extraordinarios desafíos causados por la pandemia de COVID-19, el Fondo Mundial demostró flexibilidad y determinación, entregando medicamentos, suministros y atención a millones de personas en todo el mundo. Los países en los que invertimos respondieron rápidamente a la COVID-19
utilizando los mismos laboratorios, vigilancia de enfermedades, redes comunitarias, trabajadores de salud capacitados y cadenas de suministro que se crearon para combatir el VIH, la tuberculosis y la malaria”.
Desde su creación en 2002, el Fondo Mundial ha salvado 44 millones de vidas. El número de muertes causadas por el sida, la tuberculosis y la malaria disminuyó en 46% en los países en los que invierte el Fondo Mundial (1). Estos logros son el resultado de los esfuerzos de una amplia gama de actores que componen la asociación del Fondo Mundial, incluidos los gobiernos implementadores, las agencias multilaterales, los socios bilaterales, los grupos de la sociedad civil, las personas afectadas por las enfermedades y el sector privado.
“A pesar del terrible costo que ha cobrado la COVID-19, la pandemia nos brinda la oportunidad de construir un mundo mejor, más equitativo y más saludable”, concluyó Sands. “Juntos, hemos cambiado la trayectoria del VIH, la tuberculosis y la malaria y estamos decididos a seguir haciéndolo. Si continuamos innovando y colaborando, a nivel mundial, nacional y local, podemos acabar con el VIH, la tuberculosis y la malaria, vencer a la COVID-19 y construir una base mucho más sólida para la preparación y respuesta ante una pandemia”.
- Datos a fines de 2020 para el VIH; a finales de 2019 para la malaria y la tuberculosis (los datos de 2020 no están disponibles al momento de la publicación).
Fuente: REC